Entrenamiento silencioso

La verdadera valentía: atravesar el miedo

Cuando por fin abres los ojos a la verdad de la vida sueltas el control y las ideas mentales rígidas desaparecen cual espejismo y te vuelves VALIENTE.

Dejas atrás al niño tirano que quiere que la vida sea como desea que sea o que los demás se comporten de una forma u otra.

Sueltas al niño complaciente que hay en ti y dejas de hacer todo lo que crees tendrías que hacer para que los demás hagan lo que tú quieres que hagan.

Abandonas cualquier clase de rebelión y sueltas la expectativa que los demás sean como tú quieres que sean.

Te abres al respeto total e inalterable hacia los demás permitiendo que sean en cada momento lo que deseen ser; sin permitir, el maltrato ni el abuso hacia ti, ni te haces cómplice del maltrato a los demás.

El gran desafío a traspasar nada más ni nada menos es la idea que te has hecho de quién eres tú mismo, destruirla y rehacerte de las cenizas en algo nuevo.

¿Hace cuánto te definiste y en base a que condicionamientos?

«La valentía real se ejerce cuando sueltas todo aquello que te cargaba y hacia daño.»

Permitir que la madre tierra nos regenere y llenarnos del oxígeno limpio, fortalecedor de la naturaleza para ser libremente quién realmente somos, en armonía con el universo.

Ejercer la valentía real es aceptar la incertidumbre en cada momento, atendiendo responsablemente al momento presente, permitiéndote sentir, y Ser sin limitaciones ni rigideces.

Aceptando nuestras inseguridades y miedos.

La verdadera valentía

La valentía real es tener el Coraje de Ser uno mismo sin hacer daño a los demás.

Si tienes la sensatez suficiente de hacerlo motivado por un propósito y por una causa superior a ti mismo, encontrarás la fuerza y el coraje de asumir los retos.

Motivado por el amor a tu Verdad. En ningún caso por sentimientos de venganza, demostración o rencor; ya que te vuelves consciente que estas actitudes son miserables.

Te conviertes en un erudito silencioso. En un artista de preservar la paz sin caer en comportamientos desconsiderados ni irrespetuosos.

Este tipo de persona que se siente motivado por convertirse en un ser confiable y buen consejero para los demás, pues ha demostrado ética personal con su camino generoso, gentil, paciente y benigno.

Consigue su objetivo como la suma de las partes sin entrar en guerra, pues es consciente que la lucha es una pérdida de energía y recursos, donde nadie sale ganando y todos pierden.

La comprensión máxima de la inteligencia es esa verdad intrínseca en que la vida es demasiado corta y hermosa como para seguir atrapados en la pérdida del tiempo buscando reconocimiento exterior y dejarnos la energía vital del presente en deseos caprichosos e inmaduros que lo único que hacen es mantenernos atrapados en la ansiedad por el futuro, la falsedad que algo distinto a lo que ya está siendo nos va a darla ansiosa felicidad o peor aún se nos pasa la vida sin valorar a las personas que realmente nos aman.

La valentía real se ejerce cuando sueltas todo aquello que te cargaba y hacia daño.

La valentía real es tener el Coraje de Ser uno mismo sin hacer daño a los demás.

Cuando dejas de actuar por lo que deberías hacer y empiezas a integrar hacer solo aquello que te nace hacer.

Cuando actúas desde la coherencia de lo que piensas, con lo que dices y con lo que haces.

Dejas de exigirte y dejas de exigir a los demás un comportamiento para amarlos tal y como son.

La valentía máxima es aquella en la que a pesar del miedo y la incertidumbre actúas con amor y por amor.

Creas un espacio de libertad tal que ya no dependes de nada de lo que ocurre fuera de ti para estar en paz y consciente de ti mismo en cada momento.

Dónde los convencionalismos desaparecen completamente y brilla la autenticidad.

La verdadera Autenticidad nace en la ausencia de pretensión de querer mostrar a los demás lo que Uno no es.

Te conviertes es espontáneo y auténtico.

Ya no dependes más de lo que pasa para ser de una forma o de otra. Desprendes autenticidad. De forma natural tu estado emocional nada en el sosiego y la serenidad; pudiendo afrontar la vida con entereza y coraje.