Misión personal, Yael Nino

Héroes y heroínas anónimas los hay por todas partes:

Aquella persona que es capaz de arriesgar su vida por los demás o por una causa justa…

Aquella persona que te da todo lo que emana de su ser para ayudarte, aquella persona que se desprende de sus deseos para brindar su vida a un objetivo superior a sí mismo, aquella persona que te da la mano cuando más la necesitas, quien ante el menosprecio recuerda su valía, quien presencia el maltrato y no lo permite, quien respeta el devenir de los acontecimientos y reacciona adecuadamente, quien elige vivir una vida en su propia verdad sin hacerse daño a sí mismo; y por tanto, no hará daño a los demás.

La mayor heroicidad quedarte solo por elección propia y hacerte cargo de todo tu dolor; de todo tu sufrimiento.

Mirar de frente a ese al que con tanto ahincó has construido; y darte cuenta que todo lo que te hace sufrir de ese personaje es la actitud complaciente para satisfacer los deseos de los demás sin atenderte a ti mismo.   

Ese decidir morir a quién fuiste y nacer de nuevo.

«La mayor heroicidad quedarte solo por elección propia y hacerte cargo de todo tu dolor; de todo tu sufrimiento.»

Mas que un renacimiento sería más bien como un recordar. Recordar quien realmente eres a imagen y semejanza de la grandeza del universo; y por tanto, lo contienes todo en ti mismo; al igual que las sustancias podridas, que la madre tierra regenera en compost; tú puedes regenerar tus emociones podridas, y tus pensamientos tóxicos.

Héroe máximo aquel que se limpia a sí mismo; y así no ensuciar más la vida.

Empezar a honrar tu vida limpiándola, con tiempo, paciencia y mimo.

HÉROES Y HEROÍNAS

Empezar a honrar tu vida limpiándola, con tiempo, paciencia y mimo.

Limpieza que se hace día a día y no acaba nunca de suceder.  Mantenerte alerta en tu vida para limpiar cada día, airear cada día y desintoxicar cada día.

Héroe que sin necesidad de medallas de los demás se decide a dedicarse el tiempo qué haga falta para reconocerse a sí mismo en la divinidad; y ponerse al servicio de su vida aceptando las experiencias por venir.  Confiando en que serán las necesarias para su evolución.

Héroes y heroínas que no sucumbieron al miedo y los preceptos sociales enfrentándose a sí mismo y a su familia para encontrarse de nuevo con ellos mismos.

Héroes escondidos en las profundidades de sus historias y sombras ocultas las cuales había que coger aire para adentrarse lentamente en ellas y sentir la oscuridad hasta incluso no ver nada.

Muriendo a tu ego, muriendo a tu mente y muriendo a tu personalidad para poder empezar a ver sin foco, sin nada externo a ti mismo profundizando en tal inmensidad que jamás te habrías imaginado.

Cuanta belleza albergabas en tu interior y no eras capaz de sacar por miedo a la apertura a la vida y deslumbrado con la superficialidad que no te deja ver más allá de tus narices.

Te permites de repente brillar sin pedir permiso al marido, la pareja, los padres, a nadie…

Trasciendes tus dolores infantiles, dejas de proyectarlos en tus relaciones, permites ser libres a tus hijos, te desprendes de maltratadores, de hábitos nocivos, dejas trabajos opresivos e insatisfactorios.

Te atreves pues a ser el héroe de tu vida enfrentándote a ti mismo; y empezando a vivir en libertad.