
Entrenamiento silencioso
El único camino es abrir el corazón a la curación del dolor no enfrentado y la apertura a nuevas experiencias.
Abrir la compuerta a curar el dolor es la llave a tu verdadero potencial. Seguirás proyectando una y otra vez tus dolores escondidos hasta que decidas por fin liberarte de esas cadenas opresivas, que te mantienen en una vida infructuosa y un hacer sin sentido.
Cuando decidimos liberarnos de nuestros dolores y pensamientos de escasez; abrimos la puerta a desaprender y aprender nuevas formas de pensamientos creando la realidad que en verdad queremos, y adquiriendo la capacidad de elegir dar repuesta, a lo que está sucediendo de forma resiliente y asertiva… es cuando empieza a desaparecer la pereza por emprender las acciones correctas y generamos un espacio de acción correcta y necesaria, por tanto, es una acción útil.
«Abrir la compuerta a curar el dolor es la llave a tu verdadero potencial.»
Cuando te das cuenta de que cada reto ocurre por una razón y si lo enfrentas te conviertes en un atleta de saltar obstáculos. Te das cuenta además que solo depende de ti entrenar para estar fortalecido en mente y espíritu, los cuales son los pilares que sustenten cada uno de los obstáculos a atravesar en el camino a la construcción de ti mismo y tu autorrealización.

Entrenamiento silencioso
Una vez aceptas tus dolores escondidos y empiezas a romper tus corazas es cuando comienza un camino sin retorno a la liberación espiritual.
Todo nace en un pensamiento que manda la orden al cerebro. El pensamiento se traduce en una emoción conectada a una memoria que rebota en el cuerpo; siendo el resultado cómo te sientes y como ves el mundo.
La percepción esta condicionada por tus experiencias, y sobre todo por tu estado de ánimo.
Solo puedes pensar adecuadamente con entrenamiento para salir de los hábitos mentales nocivos para ti mismo, y en base a crear otros hábitos mentales que son los que van a crear reservas de energía para materializar realmente lo que quieres.
Experimentas además la ausencia de competencia con los demás, únicamente te enfrentas a ti mismo, y este enfrentamiento es responsable, gozoso y transparente. Se acaban las excusas, el autosabotaje, la mediocridad personal, los lamentos, las quejas, los juicios, y la tonta necesidad de control.
Una vez aceptas tus dolores escondidos y empiezas a romper tus corazas es cuando comienza un camino sin retorno a la liberación espiritual. Generamos un espacio donde todo se mueve de forma tranquila y armoniosa con la naturaleza, con el universo y permanecemos en el presente, restableciendo la paz.
Una vez recuerdas el estado natural de paz y alegría en ti mismo asumiendo la responsabilidad de tu estado interno ya no buscaras más fuera de ti mismo; todo lo hallarás dentro de ti.
Ya no dependes más de lo que pasa para ser de una forma o de otra. Desprendes autenticidad. De forma natural tu estado emocional nada en el sosiego y la serenidad; pudiendo afrontar la vida con entereza y coraje.