Atrapados en la estructura que hemos construido como identidad
Se identifican con el sitio donde naciste, el idioma, las ideas mentales de lo que crees debería de ser, la comparación con los demás, la cultura, el yo soy basado en el ego.
En base a esos condicionamientos te comportas en competencia desleal a lo que tú eres como ser espiritual; sino, además; a la vez es una negación de lo que realmente Eres y percibir a los demás seres distintos, separados de ti. Caes en la esquizofrenia de sentirte inferior o superior, mejor o peor, y un montón de tonterías más, ajenas a lo que realmente es la existencia.
Tratar además de sostener toda aquella estructura que nos llevó a la ruina es un estado total de locura disfrazado de inteligencia.
De algún modo es de una inconsciencia tan desmedida, que no nos damos cuenta que precisamente al aferrarnos a esa identidad que nos ha llevado a la enfermedad, a la infelicidad al agotamiento extremo; al retener toda esa identificación lo único que conseguimos es vivir una vida limitada y pobre. Carente de significado y sentido.
«La identificación es la razón fundamental por la que actúan los seres humanos.»
Hoy en día la ciencia ha demostrado como el cerebro está preparado únicamente de forma autónoma para la supervivencia, y que desde luego la función más importante del cerebro no es acumular conceptos teóricos, que poco o nada sirven para la satisfacción personal.
Atrapados en la identidad
Desde un prisma de intención certera y perseverante eres el único que puede cambiar la estructura mental.
El inconsciente es quién gobierna nuestras vidas, por eso es imprescindible pararnos a auto observarnos, y poner consciencia a nuestros comportamientos, y nuestra forma de pensar.
Esa forma de pensar es la que crea la vida que vives.
Una serie de repeticiones inconscientes y automáticos, de patrones autolimitantes.
Terminas haciendo todo eso, que alguna vez juzgaste a tus padres, o bien terminas yéndote al opuesto contrario por huir de tus propios juzgamientos y críticas. Bailando de opuestos a opuesto, de extremos a extremos, y sea cual sea tu estructura mental, tus patrones de comportamientos, hay una salida a la correcta alineación con nuestra verdadera naturaleza; cambiando nuestras creencias, y utilizando la mente como lo qué es: una herramienta de ayuda para construir tú vida potencialmente tan próspera como jamás hayas podido imaginar.
Esa voz real de quien verdaderamente Tú eres, siempre está en el silencio, y en la quietud constructiva de la soledad.